miércoles, 27 de febrero de 2008

Quédate con la cerveza y pelea


En su poema: "Cómo ser un gran escritor", Bukowski da sabios consejos sobre cómo hay que escribir, pero también se pueden aplicar al arte de vivir: APASIONADAMENTE. Con energía, con garra, con desesperación.

Bukowski me recuerda que sigo viva y que hay que seguir peleando. Que en cualquier situación una puede y debe buscar su fuerza, su razón de vida y su amor propio.

Cómo ser un gran escritor
(Bukowski)

Tienes que follarte a muchas mujeres
bellas mujeres
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
o los nuevos talentos.

Sólo bebe más cerveza más y más cerveza.
Ve al hipódromo
por lo menos una vez a la semana
y gana si es posible.

Aprender a ganar es difícil,
cualquier imbécil puede ser un buen perdedor.

Y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.

No te exijas nada.
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa a plazos

Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).

Y si tienes capacidad de amar
amáte a tí mismo primero
pero siempre sé consciente de
la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.

Un sabor temprano de la muerte
no es necesariamente una mala cosa.

Quedáte afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las araña
paciente, el tiempo es la cruz de todos
además del exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
Quedáte con la cerveza
la cerveza es la sangre de cada día.

Ten una amante cada vez.
Coge una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa
dale duro.

Haz de eso una pelea de pesos pesados.

Haz como el toro en la primera embestida
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos
en habitaciones minúsculas
como te está pasando a tí ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo.

Bebe más cerveza.
Hay tiempo.
Y si no hay
está
bien
igual.








viernes, 22 de febrero de 2008

Si alguna vez la vida

DEDICATORIA
De Luis García Montero:


"Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte".
*
***
********
*******
***
**
*
Luis García Montero tiene poemas que me encantan, pero esta breve dedicatoria me conmueve especialmente. Son las palabras que Lanzarote le diría a Ginebra, las que siempre dice el que ama al amado...
Espero que siempre haya alguien que las sienta. Y alguien que las escuche. Que podamos tener en nuestra historia personal, alguna vez, el motivo para pronunciarlas o la suerte de recibirlas.
A pesar de la experiencia, sigo siendo optimista...

jueves, 21 de febrero de 2008

Atardecer en el Polo Norte


Mi amiga Teresa me ha enviado esta foto tan bonita: atardecer en el Polo Norte. La luna se ve plateada y el sol dorado. Me hace pensar en esos lugares lejanos donde lo increíble sucede cotidianamente. Y en la belleza que la vida nos ofrece con generosidad, sólo para quien quiera o sepa disfrutarla.
Me gustaría verlo en directo alguna vez. Pero esta fotografía me hace soñar y es suficiente por ahora.

martes, 19 de febrero de 2008

Sei Shonagon, 1ª blogger de la historia


"Libro de Almohada" de Sei Shonagon


"Anochece y apenas puedo seguir escribiendo. Sin embargo, me gustaría dejar terminadas mis notas por completo, haciendo un último esfuerzo.


Escribí estos apuntes sobre todo lo que vi y sentí, en mi habitacion, pensando que no iban a ser conocidas por nadie. Aunque mis anotaciones son triviales y sin importancia, podían parecer malintencionadas e incluso peligrosas a otros; por eso he tenido cuidado en no divulgarlas. Pero ahora me doy cuenta de que, así como inevitablemente brotan las lágrimas, según dice el poema, del mismo modo estas notas dejarán de pertenecerme.


Un día, el ministro del Centro entregó a la Emperatriz una pila de cuadernos. La Emperatriz me preguntó: "¿Qué se podría escribir en ellos? El Emperador ya está redactando los Anales de Historia". Entonces yo le contesté: "Si fueran míos, los usaría como almohada". La Emperatriz me dijo: "Entonces, quédatelos", y me los dio.


Comencé a llenarlos con el relato de rarezas sobre hechos del pasado y toda clase de asuntos. Llené una enorme cantidad de hojas. En mis notas hay muchas cosas incomprensibles. Si hubiera elegido temas que las demás personas consideran interesantes o espléndidos, o si hubiera escrito poemas sobre árboles, plantas, pájaros o insectos, los otros podrían juzgar mis escritos, tendrían derecho a afirmar "conocemos sus sentimientos". En otras palabras, la crítica sería admisible.


Pero mis notas no son de esta clase. Escribí para mi propio entreteniento y apunté únicamente lo que sentia..."



*** *** ***


Érase una vez una japonesa rara y curiosa que vivía en palacio durante la Edad Heian, es decir, entre los años 794 a 1192, durante el dominio de la familia Fujiwara. Era dama de compañía de la Emperatriz Teishi y se dedicaba a vivir en la corte (que no era poco) y escribir su diario, que acabó siendo leído por todo el mundo.


Sei Shonagon podría haber sido la primera blogger de la historia. Escribía lo que se le pasaba por la cabeza, sin ninguna pretensión. No esperaba ningún beneficio, ni siquiera ser más famosa. Simplemente, contaba cosas.
Yo creo que ese es el espíritu de los bloggers, de los escritores de diarios en la red, bitácoras o como cada uno quiera llamarles.

martes, 12 de febrero de 2008

¿Lloras tú? Bukowski no






"Pájaro Azul" de Charles Bukowski




hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir

pero soy duro con él,

le digo quédate ahí dentro, no voy

a permitir que nadie

te vea.



hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir

pero yo le echo whisky encima y me trago

el humo de los cigarrillos,

y las putas y los camareros

y los dependientes de ultramarinos

nunca se dan cuenta

de que esté ahí dentro.




hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir

pero soy duro con él,

le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres

meterme en un lío?

¿es que quieres

mis obras?

¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros

en Europa?



hay un pájaro azul en mi corazón

que quiere salir

pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir

a veces por la noche

cuando todo el mundo duerme.

le digo ya sé que estás ahí,

no te pongas

triste.



luego lo vuelvo a introducir,

y él canta un poquito

ahí dentro, no le he dejado

morir del todo

y dormimos juntos

así

con nuestro

pacto secreto

y es tan tierno como

para hacer llorar

a un hombre, pero yo no

lloro,

¿lloras tú?




*****************


*********


*****


Alguien dirá que he tenido que bucear descaradamente en la poesía de Bukowski para encontrar el poema más suave que tiene ("suave" por decir algo) pero no es así. Sus poemas destilan una sensibilidad que más quisieran los románticos, un sentimiento auténtico y tratado con honestidad. Es como ese pájaro que no quiere mostrar, pero está ahí. No hay que dejarse llevar cuando algo se nos mete por debajo de la piel, o cuando la vida con sus circunstancias nos supera... imposible llorar porque se rompería el encanto de quien parece absolutamente duro, invulnerable, tan fuerte que nada puede hacer que se desmorone.

Pero no te conviertas en piedra: permite que respire de vez en cuando. Sin dejarlo morir del todo pero siempre a solas, se puede vivir con un pájaro azul dentro, muy dentro.

Hay mucho de Bukowski en la red, pero he encontrado una página que me ha llamado la atención por la cantidad y la calidad: libros que se pueden descargar en formato PDF, cuentos, poemas, fotografías, además de bastante versión original tanto de prosa como de poesía... muy recomendable. Está perpetrada por Sergi Puertas, que también ha colgado sus propios libros y poemas. No os la perdais, si os gusta Buk tanto como a mí (o más)

Pinchar el enlace:

http://www.geocities.com/bukstuff/index.html (Novelas)

http://www.geocities.com/sunsetstrip/5855/ (Página de Henry Chinaski)



jueves, 7 de febrero de 2008

Sólo el rojo más profundo


Sólo el rojo más profundo

sobre tus labios

después de una noche de lluvia

para paliar los efectos de ese feo temporal.



Dices que estás bien, pero sigues inmóvil

y siempre amaneces aferrada al hilo

de sueños que nunca serán tuyos.



Sientes que no te queda nada,

que te has perdido en el bosque

con la capa del miedo

y el cestillo del dolor pasado

pero debes aprender a salir tú sola

antes de que te encuentren los lobos

y te devoren como a tantas otras.

Quítale el celofán a tu yo más real

porque si se cerraron las puertas antiguas

este nuevo día te ha abierto otra.


Para atravesarla no necesitas nada.

Sólo el rojo más profundo

sobre los labios.


Suficiente para un nuevo principio.

viernes, 1 de febrero de 2008

La princesa y el cocodrilo


Érase una vez una princesa que vivía (como todas las princesas) en lo más alto de la más alta torre del más alejado castillo del más lejano país, esperando (¡cómo no!) a su príncipe azul.


Y se pasaba la vida esperando al príncipe y se imaginaba que su vida con él iba a ser perfecta. Porque el príncipe le iba a dar sentido, porque él iba a ser su noche y su día, su luz y su sombra y todo lo que ella esperaba de la vida.


Cada vez que veía a un hombre aparecer en lontananza, subido en un caballo blanco o subido en una Yamaha negra o en un BMW plateado último modelo con todos los extras, la princesa bajaba alborozada los 20.000 escalones de su torre y recorría el foso de los cocodrilos donde éstos, al verla llegar, sacaban el morro y ella les decía ¡quietos, bichos, quietos! ... todo por encontrarse con él y preguntarle:


- ¿Eres tú, mi amado príncipe, mi amor verdadero?


Y el príncipe se quitaba los auriculares de su MP3 con el último disco de Shakira y preguntaba:


- ¿Me lo puedes repetir eso del amor verdadero?


Y cuando ella lo repetía el príncipe primero se descojonaba de la risa y después salía corriendo a todo trote de caballo, a todo gas de moto o a todo acelerador de coche... porque ¿quién puede aguantar la carga de ser tanto para el otro? Nadie que estuviera en su sano juicio.


Y la princesa, compungida, triste, rechazada y abochornada recorría su camino de regreso al castillo, pasando por el foso (quietos, quietos bichos) y subiendo los 20.000 escalones hasta la torre (la princesa se mantenía en buena forma)


Y entonces se preguntaba:


- ¿Por qué los príncipes no me quieren?


- ¿Es que no soy suficientemente buena/guapa/lista/simpática...?



Y lloraba y lloroba y lloraba (la princesa se gastaba una pasta en Kleenex) y esperaba y se lamentaba y se amargaba. Y cuando veía en lontananza a un nuevo príncipe volvía otra vez ... a bajar y subir escalones y decirle ¡quietos bichos! a los cocodrilos... una y otra vez, siempre con idéntico resultado. (¡Uf, qué cansancio!)



Pero os puedo asegurar que la princesa era todo lo guapa, buena, lista y estupenda que puede ser una princesa. Sólo que ...



- Nena, no puedes pasarte la vida mirándote el ombligo y esperando que los demás te saquen las castañas del fuego

- ¿Quién habla?

- Aquí, uno de los cocodrilos del foso ...

- Fuera, bicho, fuera.

- De eso nada, monada. Escúchame, que estoy harto de verte haciendo la idiota, una y otra vez. Y me cansas y me aburres.

- ¿No serás un príncipe encantado que he de besar para que te conviertas en el hombre de mis sueños?

- ¡Qué príncipe ni qué leches estás diciendo! Soy un cocodrilo con unos dientes tremendos que sólo de un bocado podría comerte entera y sin remordimientos, pero me he decidido a hablarte porque estoy viéndote el mal camino que llevas y me das pena.

- ¿Pena? ¿Por qué un bicho tan feo me tiene pena?

- Porque estás haciendo la idiota y malgastando tu tiempo en algo que no tiene sentido. ¿Por qué no dejas de pensar en tus problemas y echas un vistazo a tu alrededor? ¿No crees que podrías encontrar motivos más que interesantes para bajar de tu torre que no sea cualquier pelagatos que ves pasar a lo lejos? Te aseguro que el mundo es un lugar muy interesante. Te lo digo yo, que antes de que me trajeran a este foso he visto cosas que no creerias...


-Sí, vale, muy bien, pero yo estoy esperando a mi príncipe azul que será mi sol y mi luna, mi ...

- Déjate de rollos, que eso ya no funciona. Mira, nena. Estamos en el siglo XXI y auque seas una princesa no me creo que seas tonta.

- No lo soy.

- Pues cambia el chip. Mira a tu alrededor y dime que ves.

- Un castillo muy hermoso. Un cocodrilo muy feo. Un jardín. Un camino por donde pasan de largo los príncipes ...

- ¿Y no te gustaría recorrer tu propio camino en vez de estar esperando?

- Pues ... creo que no puedo.

- No puedes ¿por qué?

- Porque tengo que esperar al príncipe.

- ¡Eres imbécil! ¡Adios y suerte!



Y diciendo ésto el cocodrilo dió un tremendo coletazo antes de zambullirse en el agua, dejando empapada a la princesa. Empapada y disgustada.



- ¿Qué se habrá creído ese cocodrilo? Decirme eso a mí, a mí, a la princesa. Ya verá, ya. El tonto de él. Me hago un bolso con su piel. Me hago un collar con sus dientes...



Pero después, la princesa reflexionó. Y se pasó pensando varios días.



Y pasó el tiempo. Un día apareció un príncipe. Un príncipe guapísimo, estupendo... más que príncipe parecía una estrella de cine. Era perfecto, perfectísimo. Pero nadie bajó a recibirlo.


Pasó otro príncipe. Otros más. Iban al X Congreso de Príncipes Azules, Rojos y Amarillos (éstos eran los que venían de Oriente). Un millón de príncipes pasando por delante del castillo pero nadie bajaba a recibirlos.

Alguien comentó:


- Pues en este castillo vive una princesa que siempre baja a decirnos que no se qué del amor verdadero.

- Ya no baja, ¡qué raro!

- Habrá encontrado a algún imbécil que le siguiera el rollo.

- Sí, tan desesperado como ella.

- Jajajajajajajajajaajajaja (se reían todos)



Pero la princesa ya no estaba para escuchar sus risas.


Estaba muy lejos de allí.



Había bajado los 20.000 escalones de su torre y había pasado por el foso de los cocodrilos (esta vez respetándose mutuamente) para recorrer un camino que fuera sólo para ella. Un camino que a ella le gustara, que ella eligiera por sí misma.



Antes de marcharse le dijo a uno de sus criados que alimentara bien a sus cocodrilos, que eran unos animales muy sabios.



Y el criado pensó que la princesa estaba, definitivamente, como una cabra.



FIN



¿FIN?



No, es un principio. Faltan las aventuras que tuvo la princesa y si realmente encontró lo que deseaba.



Pero eso lo contaré en una próxima ocasión.


Una gata curiosa a veces reflexiona

Una gata curiosa a veces reflexiona
mientras pasea por la calle Ancha

Dientes que león que volaron lejos o cerca ... ¿alguno te ha llegado?

El gato de Cheshire...

El gato de Cheshire...
o su sonrisa

Instituto Cervantes

Espéculo

Espéculo
Revista literaria

¿Alguien ha visto mi ratón?

¿Alguien ha visto mi ratón?
Si tienes gato, esto te puede pasar a tí

Si un perro salta a tu regazo es porque te aprecia...

Si un perro salta a tu regazo es porque te aprecia...
...pero si un gato hace lo mismo es porque en tu regazo se está caliente. A.N. Withehead

Dientes de león desde 7 de septiembre de 2010

Dientes de león

Dientes de león

¿Desde donde te trae el viento ... ?