sábado, 8 de agosto de 2009

Cena romántica con mi vecino


Ayer cené con mi vecino, un chico rubio y con unos preciosos ojos azules que hace poco se ha mudado al piso de arriba. Dice que es escritor, aunque creo que está liado con una mujer bastante mayor que él que lo visita de vez en cuando. El caso es que desde que llegó hemos tenido unas conversaciones muy interesantes. Con él me siento muy a gusto; sin conocerlo demasiado (y pensareis que estoy chiflada) siento que es una persona con quien podría estar toda la vida.

La cena fue muy romántica, en un pequeño restaurante italiano que él conocía (yo sólo voy a los lugares más chic de la ciudad, nada que ver con ese tranquilo lugar.) Después nos pasamos por un local de jazz de la calle 49 y estuvimos horas bebiendo whisky, fumando y hablando sin parar (bueno, la que hablaba era yo; es que no lo puedo evitar, cuando estoy bien hablo y hablo y hablo ...)

Al final, llegamos a casa bastante borrachos. Y como habíamos perdido las llaves del portal, tuvimos que llamar a un vecino japonés, que se puso a gritar como un energúmeno. Total, por un timbrazo de nada. Y esto es lo último que recuerdo. Lo malo es que esta mañana me he despertado en su cama. Y él dormía a mi lado, el pelo rubio despeinado y esa cara tan perfecta que me pasaría horas mirando.

Pero no, no me puedo enamorar de él. Soy un ser salvaje. No pertenezco a nadie, ni a nada. Mi único objetivo es casarme con un hombre rico que me cubra de diamantes y que dé todos los caprichos que yo quiero... el amor es para los débiles, el único lujo que no me puedo permitir.

Y este hombre es demasiado guapo. Podría volver loca a cualquier chica que no fuera tan sensata como yo.

Oh, oh. Alguien está intentando abrir la puerta de su casa. ¿Será esa misteriosa mujer? Otra vez tengo que escaparme por la ventana y bajar a mi apartamento por la escalera de incendios.

Volver a mi cama, ponerme el antifaz, los tapones en los oídos y dormir hasta que el gato me despierte o sea la hora de salir a pasear, con mi elegante vestido negro, por Nueva York...


14 comentarios:

ADMINISTRADOR dijo...

Hay personas a las que les gusta desayunar con diamantes, otras que disfutan con un tazón de cereales integrales compartiéndolo con su gato o con su mejor amiga.... Hay gustos para todo, lo importante es ser honest@ con un@ mism@ e intentar no hacer daño a nadie con esa honestidad. Me gusta tu relato, me he reido, "ser salvaje"....

Un abrazo, Mercedes

Teresa dijo...

¡Vaya vecinos que te gastas, así cualquiera!
Si la cuestión está en elegir si desayunar con diamantes o con un maromo como George Peppard la cosa está más que dudosa...

Me gusta mucho esta nueva sección de tus cenas míticas.

Besos,

Diente de león タンポポ dijo...

Gracias, Mercedes.

Al final he acabado desayunando con mi gato y tampoco ha estado mal.

Un beso.

Diente de león タンポポ dijo...

Gracias, Teresa.

Sí, no está mal mi vecino. No hago más que subir a su piso a que me dé una tacita de arroz, o de azúcar, o una copita de champán...

Es un buen vecino. Siempre dice que sí.

Jajajaja.

Un beso.

Angel Javier dijo...

Tu vecino es muy afortunado, Toñi...
Un besazo

€_r_i_K dijo...

Vaya vaya, al menos ejercitarás de subir y bajar....


Besos Paisana....

jorge dijo...

Lo malo es que me han dicho que aesa "loca" mujer, casada por supuesto, hay que acompañarla de madrugada a la quinta avenida a desayunar en Tifani's.

Sin entrar (yo he estado)que sino te apabullas.

Y fuera en esa ciudad en invierno hace un frio glaciar.

(por cierto, en la novela Capote no hace que encuentre al gato de nuevo).

Diente de león タンポポ dijo...

No te creas, Ángel. Cuando monto alguna pequeña fiesta en casa, siempre está protestando porque le molesta la música... y hasta que no le invito no para.

;-)

Un beso

Diente de león タンポポ dijo...

Bueno, paisano. Pues sí. Tengo los gemelos ya que ni Rafa Nadal ...

Un beso. toñi

Diente de león タンポポ dijo...

Jajajaja, Jorge. Muy bueno.

Ya me gustaría a mí haber entrado en Tiffany´s y apabullarme con tanto diamante.

El frío, seguro. Por las películas se supone que si en invierno nieva, cómo iran las temperaturas.

Y, sí. La novela de Capote es bastante diferente. Cuando la leí me quedé un poco ... descorazonada, porque le quita ese romanticismo made in Hollywood. Claro que la versión Capote es mucho mejor, en cuanto a calidad.

Dicen que querían a la Monroe como protagonista. Yo creo que con Audrey el personaje salió genial aunque siempre nos queda la duda... ¿cómo habría sido la recreación de Marilyn? Seguramente mucho más sensual...

Un beso con diamantes.

Nieves dijo...

Yo no tengo vecinos así, la media de edad de los míos ronda los 80 años, tirando por lo bajo. Como mucho me regalarían algún tratamiento para la tensión o el reuma. Creo que me voy a mudar a tu edificio, pero sin gato ¿eh? que me dan mal rollo. Ea.

Besos

Diente de león タンポポ dijo...

Buenoooo. Oído cocina: cuando vayas a mi casa lo encerraré en sus aposentos.

Un beso.

Pepi dijo...

De eso nada Toñi, los gatos son sagrados, más libres de lo que nunca seremos nosotros. No te preocupes de Edurne me encargo yo. Por cierto con un vecino así se pueden escribir relatos muy interesantes como el tuyo. Estoy muy contenta con los tres: con el relato, con el gato y por supuesto contigo.

Diente de león タンポポ dijo...

Bueno, no pasa nada, Pepi. Que por una visitilla que me haga Edurne el gato puede estar un rato en el lavabo, echandose la siesta... jejeje, yo creo que le encanta estar ahí, porque incluso cuando tiene la cama, se va al lavabo.

Con vecinos como este desayunaría todos los días, aunque no me regalara diamantes.

Gracias por tus piropos. ;-)

Un beso.

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