Hoy un amigo me ha hablado de un gato. De un gato que ha muerto. Un gato famoso que pertenecía (o mejor dicho, se dignaba compartir sus días) a Fernando Sánchez Dragó.
El gato se llamaba Soseki.
La noticia me ha impresionado, así que he buscado en las páginas de la poderosa red alguna información sobre él. Recomiendo a quien desee saber más que visite el enlace de El Mundo, del que he rescatado las fotos.
Contiene poemas, epitafios y reflexiones de escritores amigos de Fernando. También de él mismo, que manifiesta que está preparando una obra sobre Soseki.
Murió por accidente: se ve que el gato estaba jugando, como suelen hacen todos los gatos, y se cayó por el hueco del montacargas. Los gatos, sobre todo cuando son jóvenes, son como los niños: imprevisibles y traviesos, inocentes y despistados.
Para una amante de los felinos como yo es comprensible el dolor y la tristeza por haber perdido a uno. Los gatos con su belleza llenan los días grises y con su calma ayudan a que amainen las tormentas del corazón.
Copio unas palabras del blog de Fernando:
"Soseki ya tiene epitafio. Se lo ha puesto un lector de este blog: Koshinga. Dice: 'Requiemcat in pace'. (Ojo: no 'requiescat', sino 'requiem y cat').
El resto es silencio."
El resto es silencio."
2 comentarios:
Es lo que tiene ser famoso y tener acceso a los medios de comunicacion, hasta la muerte de su gato se convierte en noticia.
¿Cuantos gatos debieron morir la semana pasada?
¿De verdad nos afecta más este que otros?
Comprendo el dolor por la muerte de una mascota (pero o gato). No acabo de cazar sentir la muerte de la mascota de otro. Como nos descuidemos la muerte del perro de Bush sera noticia internacional.
Como tengo el corazon de piedra te dire que tampoco sufrire cuando se muera la madre de sanchez drago (¿cuantas madres han muerto esta semana?).
Hola Jorge!!
Dentro de esa piedra sé que ocultas un corazón de oro puro.
Es cierto que ser famoso tiene sus ventajas, poder comunicar al mundo tus grandes (y pequeñas) cosas. Constantemente el dolor y la alegría nos rodean; mueren gatos, nacen gatos... Sólo nos llega lo concreto y lo cercano.
Para mí son interesantes las historias simples, de este gato o de otro, de esta persona o de otra... la literatura está llena de ejemplos. Nos identificamos con ellos porque tenemos conocimiento de que existen (o no)
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