Puede ser que la naturaleza me haya dotado de un oído especial, porque escuché su breve llamada en mi puerta. Podría haber sido la suave almohadilla de un gato o la respiración de la casa en un día de viento, pero yo oí su llamada y aunque afuera estaba oscuro, abrí la puerta.
Y allí estaba él, el héroe de mis sueños. No tuvo que decirme que venía cansado y hambriento. Tampoco fue necesario que me dijera que sólo buscaba un poco de calor en la oscura, fría noche. Yo lo invité a entrar sin una palabra. Mis ojos se sumergieron en el azul de los suyos, mis manos enlazaron sus manos, tan endurecidas por la espada. Tiré de él y parecía que venía de una guerra de mil años. Tiré de él y entró dócilmente en mi casa.
Preparé un baño caliente para aliviar su dolorido cuerpo. Una cena suculenta regada con un buen vino, rojo y fuerte, digno de un rey. Cenamos en silencio, mirándonos sin pestañear. Mi mirada se petrificaba en la helada superficie de la suya hasta que el alcohol la hizo más cálida y empezó a acariciar mi cara lentamente, como si en esos mil años de guerra no hubiera tocado a mujer alguna.
No necesitó decirme que yo no era la elegida de su corazón. Tampoco fue necesario que me recordara que nuestro encuentro no dejaría ninguna huella en su memoria. Pero él había llamado a mi puerta y en ese momento comía en mis manos. Ante nosotros se abría una larga noche sin luna.
Nos quedamos a la orilla del amor, desnudos y ligeros, saciando nuestra sed hasta que la noche se hizo día y él tuvo que guardar su espada de guerrero y vestir la coraza para cumplir su destino de rey, el que las estrellas habían trazado para él.
Se marchó antes de que desapareciera su huella de mi almohada. No dejó un anillo de oro en mi dedo, ni siquiera una prenda de amor, un abolorio, un pañuelo; me basta mirar al cielo para saber que nuestra breve cita no fue un sueño. Lo recuerdo sin nostalgia en esos días que está tan azul como los ojos de Aragorn.
6 comentarios:
Wow , si que fue magia! :)
Tratándose de Aragorn con una noche basta. No, qué leche, no, Aragorn-Viggo estará ahí toda la puñetera vida poniendo el listón muy alto.
Ea, Toñi, ya nos has alegrado el fin de semana a algunas.
Un abrazo
Gracia
Serás jodía, ná menos que con el héroe de entre los héroes... Oye, por cierto, ¿tenía la espada muy grande? jajaja. Curiosidad, simple curiosidad.
Un beso
Pero que poco romantica es mi Nieves,la espada, la espada. ¡Pues claro que era grande!. Besos a todas.
Me encanta Toñi, me gusta mucho.
A ver Nieves, tú búscate la película "Promesas del este" y éstate muy, pero que muy atenta en una escena que transcurre en una sauna y en la que me intentan matar a un desnudico Viggo que tan sólo cuenta con su espada. Te aseguro que además de esta imprescindible escena en la historia del cine, la película está muy bien. Pero tú atenta, ¿eh?
Gracia
Gracias por vuestros comentarios y qué interesante eso que cuentas, Gracia, habrá que echar un vistazo, porque la espada, la espada ... yo qué narices sé si era grande. Yo miraba otra cosa... que sí lo era, por cierto.
Pero es que está guapísimo Vigo se ponga como se ponga. Ahora estoy siempre pendiente, a ver si vuelve a llamarme.
Que por cierto, anda y que no le mandé mi dirección con el google maps ... menos mal que al final se pasó por mi casa, que si no ... (por eso he tardado tanto en contarlo)
Jejejejeje ...
Gracias, chicas.
Un beso y buen fin de semana.
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