Soy una lectora más que habitual de cómic y manga y en los últimos meses he encontrado algo que me ha parecido excepcional. Se trata del manga del maestro Jirô Taniguchi: Furari.
Furari, expresión japonesa que se podría traducir como “vagar sin rumbo fijo”, se desarrolla en el Edo de finales del siglo XVIII, periodo en el que Japón aún se encontraba bajo el gobierno de los Tokugawa, caracterizado por un largo periodo de paz en el que se cultivaron las artes y las tradiciones, pero también por el aislamiento del país, completamente refractario a todo lo procedente del exterior. Taniguchi aprovecha este trasfondo social, rico en paisajes costumbristas, para narrarnos los largos paseos que un jubilado, Tadataka Ino (1745~1818), (un comerciante, cartógrafo y agrimensor que confeccionó el primer mapa preciso de Japón tras 17 años de trabajo), realiza por la ciudad de Edo (actual Tokio). Paseos que tenían el objetivo de medir las distancias entre los puntos más emblemáticos de la ciudad del shogún, lo que sirve de excusa al autor para componer un mosaico de los lugares y la gente que la habitaba.
Especialmente interesante para todos los que estamos en el camino del haiku, resultan los encuentros que el protagonista mantiene con el poeta Issa Kobayashi, durante los que intercambian sus visiones del mundo y de la vida.
Naturaleza, sensibilidad y tradiciones del más puro Japón es la riqueza de esta obra, muy recomendable para todos los amigos del haiku.
Información y fotos extraídas de estos interesantes blogs:
Furari
Jirô Taniguchi
Adaptado por Víctor Illera Kanaya
Publicado en España por Ponent Mon
208 páginas, b/n, 20€
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