Hace unos días, estaba buscando dibujos de anime y manga y me encontré con esta imagen. El gesto de la chica, el lugar, la magia e inocencia que me transmite me hizo conectar con algo en mi interior. Recordé que tenía un blog. Y en él, un proyecto, aunque fuera pequeño: ir escribiendo poco a poco todo lo que pasa por mi cabeza, por mi corazón o por mi vida, o por las tres juntas, que en definitiva son la misma cosa, con suaves matices. No recuerdo por qué dejé de escribir, pero seguramente fue consecuencia inmediata de preguntarme por qué lo hacía. Y para quién. Y con estas dudas, añadidas al miedo escénico, perdí mi proyecto.
No sé cómo se regresa a un lugar que se ha dejado abandonado. De momento, me siento extraña, pero en algún momento hay que dar un paso. Un paso para seguir, un paso para abandonarlo definitivamente. Así sucede con todo. Y a veces cada uno de esos pasos cuesta un mundo. Pero en algún momento hay que darlos.
Retomar el camino cuando uno se siente perdido. Intentarlo, al menos. Algo parecido le sucedió a Dante: se perdió en el medio del camino de su vida, cuando ya había recorrido suficiente trecho para pensar que nunca le sucedería. Caminó a oscuras, seguramente lleno de tristeza y temores, pero luego fue capaz de encontrar su voz entre las sombras.
Retomar la senda, abrir nuevos senderos. Lo importante es no dejarse vencer por los miedos, ni la vergüenza ni la duda. Dar lo mejor de lo que se es capaz. Y hacerlo.
¡Vamos a ello!
3 comentarios:
Pues venga, vamos!!
Un abrazo _/\_
Gracias por tus ánimos ;)
Un beso
Me alegra mucho tu regreso, de corazón. Tienes mucho que ofrecernos amiga.
Besos.
Leti
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