Trenes que echan humo, una estación llena de gente, la angustia de los trenes perdidos ... En medio de todo esto, dos amantes que se despiden: él insiste pero ella decide volver a una vida ordenada de ama de casa rica y respetable. La pasión del inicio puede convertirse en una convivencia con un hombre que le anticipa que discutirán y le pegará ("No, no me pegarás" "Sí lo haré. Soy italiano") y con quien la felicidad inicial volverá a convertirse en rutina.
Riguroso blanco y negro para esta película de Vittorio de Sicca que transcurre en la estación Termini de Roma, en los años 50.
Jennifer Jones, elegantísima con su exclusivo Chanel. Montgomery Clift antes de caer en su infierno personal de alcohol y drogas. Quizás la película se ha quedado desfasada, pero me gusta el toque de realismo que tiene y, sobre todo, que no te cuente una empalagosa historia de amor.
Y es que el amor es más bonito en las películas ... ¿o no?
Quizás él dedicaría a su chica esta canción... en ese momento en que se despiden.
2 comentarios:
Que tengas hermos fin de semana :)
Ya no se hacen películas como esas, con esos diálogos tan profundos, con esa intensidad.
Y el amor es siempre bonito, lo que ocurre en la vida real es precisamente lo que dice el protagonista de la película, que la pasión inicial acaba convirtiéndose en rutina.
Buen fin de semana
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