No se llevan del todo mal, pero tampoco les gusta estar juntos. Sobre todo entre uno y otra siempre hay un espacio que ambos respetan. Sobre todo porque ella siempre pide "que corra el aire" con uñas y dientes. Y él se resigna. Pero una mañana me despierto y la primera luz me trae esta imagen: están cerca, muy cerca, y sus colas se tocan. Increíble. Una ocasión especial para hacerles fotos y vídeos.
Amanecer:
las colas de mis gatos
entrelazadas
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