buscando la pitanza,
entre mugres y latas,
dos gatas negras.
Vagan los sueños,
rasga su niebla gris el sol
y un otoño fugaz
juega al misterio.
Evocando el verdor de la parra,
las gatas pasan.
Sus cristalinos ojos,
libres de amor y odio,
otean el cielo.
Fantasean las gatas
con pajarillos verdes.
¡Nunca me pillarás!,
gorjean las aves retemblando
en las ramas.
Esquivas y expectantes por la parra,
se relamen las gatas
y entre calles desiertas
velan sus sueños.
Trinidad Alicia García Valero
De su libro: "Intimidades"
(la foto es de Kiyochan )
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