Ayer encontré a Wally. Lo vi de refilón mientras subia unas empinadas escaleras siguiendo el rastro de una cascada, en el entorno del río Piedra. Lo llevaba una joven francesa. Le pedí hacerle una foto y ella, muy amable, lo dejó entre las rocas (fue entonces cuando me dí cuenta de que era francesa, nos entendimos por señas, lenguaje universal). Y aquí está, entre mis recuerdos y fotos de viaje, un guiño a mi amigo Frutos porque enseguida, al ver a Wally, me acordé de él.
Hace unas pocas horas hemos asistido a la presentación del libro "El deshielo en Cicely". Frutos y Ezequiel, padre e hijo, un escenario, una guitarra y la palabra: ingredientes para crear magia. Para reunir en silencio a unos muchos amigos. Porque allí estábamos todos: Shelly, Maurice, Holling, Ed, O`Connell ... la gente del haiku (Elías, Cari, Llanos, Manolo, Ángel ... ), algunos familiares de Frutos (los más importantes: su mujer y su hija), amigos de la infancia, unos cuantos curiosos, algún que otro despistado y por supuesto, Chris Stevens.
Llega escondido,
confundido con otros.
Has de estar muy atento para verlo.
¿Algunas pistas? Siempre joven,
sonrisa, ropa alegre,
gafas culo de vaso…
Su rostro se disuelve en un mosaico
con miles de teselas,
has de estar muy atento para verlo.
Él es uno más, pero es él,
su cuerpo es una célula
de un cuerpo coral,
una hojita de un roble milenario.
pero cuando lo encuentras
alza los ojos y te mira
y sabes de súbito quién es,
aunque un segundo antes
parecía nadie…o todos.
Tienes que estar
atento, muy atento,
has de estar muy atento para verlo.
Y, cuando des con él por fin,
ya no tendrás que buscar más.
El resto del mosaico
se iluminará de repente,
como si un niño lo coloreara.
Y él se quedará
contigo para siempre,
con sus gafas culo de vaso,
los colores tan vivos de su ropa,
el navideño gorro
y esa mirada
que va a ser desde ahora tu mirada.
Frutos Soriano: "El deshielo en Cicely" QVE 2012
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