Las cosas cotidianas
Están llenas de mí y a veces un poquito de ti,
También de ti, aunque sean mías.
Las zapatillas que los gatos distraen
Debajo de la cama.
El pijama azul de raso que siempre acaba
Persiguiendo a las zapatillas.
El yogurt de frambuesa.
La taza de café con esa pintura de Jack Vettriano
Donde dos bailan en la playa debajo de paraguas.
El botón del ascensor que tú y yo, al unísono, pulsábamos sonriendo.
El botón del abrigo que nunca me dejabas abrocharte.
Y otro botón, ese que tú y yo sabemos.
El bolígrafo con el que te escribía notas,
Cartas de amor y listas de la compra.
A esas cosas
a todas y cada una de ellas
Les he enseñado a no echarte de menos.
Y créeme, tienes que creerme,
Que casi lo he conseguido.
Excepto con el traidor del espejo
Ese tonto melancólico, que te recuerda tanto,
Les he enseñado a no echarte de menos.
Y créeme, tienes que creerme,
Que casi lo he conseguido.
Excepto con el traidor del espejo
Ese tonto melancólico, que te recuerda tanto,
Tanto
Que muchas veces se venga de mí
Devolviéndome mi imagen
Más triste y fea de lo que yo esperaba.
Que muchas veces se venga de mí
Devolviéndome mi imagen
Más triste y fea de lo que yo esperaba.
2 comentarios:
La verdad es que necesitamos unas cervezas como mínimo. Me ha gustado mucho, Toñi, es muy Bukowski, ahora sólo te falta la botella para que la deslices debajo de tu almohada.
Besos.
Gracias por tu piropazo, Edurne. Decirme que es muy Bukowski es lo mejor que me puedes decir ;-)
Un beso.
Y a ver si es verdad lo de las cervezas!!!!
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