Hoy se celebra el Día Universal del Niño. Es una buena ocasión para plantearse qué estamos haciendo con nuestros niños, con los niños del mundo. Cómo estamos educando a nuestros hijos, qué hacemos para que este mundo, que es suyo, sea mejor, un buen lugar para que ellos puedan vivir. Para que tengan una infancia que los convierta en adultos fuertes, sanos, íntegros. Para que sean felices ahora.
Y no sólo nuestros hijos son nuestra responsabilidad. Todos los niños lo son. Hay miles y miles de injusticias cotidianas, unas pequeñas y otras tan, tan grandes, que hablar de ellas produce vergüenza y una profunda lástima, algo que conmueve y que mueve algo dentro. Tú sabes de qué hablo. Podría elegir millones de imágenes pero no necesitas verlas, porque las conoces ¿verdad? Y ¿qué haces? Si puedes hacer algo, hazlo. Aunque sea un gesto pequeño. Hazlo.
Y qué fácil es abusar de los niños, ¿verdad? Son tan inocentes, tan confiados, tan débiles. Y perfectamente adaptables. Todo lo que hagas con ellos, ellos lo darán por bueno. O lo asimilarán, sea lo que sea. Protege a los niños, a los tuyos y a todos en general.
Y no hace falta que nos vayamos a los países más pobres. En todo el mundo, incluso muy cerca de tí, de tu casa o en tu entorno, hay niños que necesitan que alguien los cuide, que los quiera, que los escuche, que hable con ellos. Que les den una buena comida, una buena educación. Apoyo. Amor. Protección. Respeto. Y eso no sólo hoy. Todos los días, todos los días de nuestra vida. Es nuestra responsabilidad.
Y no sólo nuestros hijos son nuestra responsabilidad. Todos los niños lo son. Hay miles y miles de injusticias cotidianas, unas pequeñas y otras tan, tan grandes, que hablar de ellas produce vergüenza y una profunda lástima, algo que conmueve y que mueve algo dentro. Tú sabes de qué hablo. Podría elegir millones de imágenes pero no necesitas verlas, porque las conoces ¿verdad? Y ¿qué haces? Si puedes hacer algo, hazlo. Aunque sea un gesto pequeño. Hazlo.
Y qué fácil es abusar de los niños, ¿verdad? Son tan inocentes, tan confiados, tan débiles. Y perfectamente adaptables. Todo lo que hagas con ellos, ellos lo darán por bueno. O lo asimilarán, sea lo que sea. Protege a los niños, a los tuyos y a todos en general.
Y no hace falta que nos vayamos a los países más pobres. En todo el mundo, incluso muy cerca de tí, de tu casa o en tu entorno, hay niños que necesitan que alguien los cuide, que los quiera, que los escuche, que hable con ellos. Que les den una buena comida, una buena educación. Apoyo. Amor. Protección. Respeto. Y eso no sólo hoy. Todos los días, todos los días de nuestra vida. Es nuestra responsabilidad.
Tus manos son para proteger... un vídeo contra los malos tratos a la infancia.
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4 comentarios:
Cualquer cosa vale, las palabras , tus palabras en este caso para denunciar lo que no tiene razón de ser.
Las fotografias son impactantes por verdaderas. A ver si somos capaces de mirarlas de frente y continuar igual. Yo creo que no. Muy bueno esta vez Toñi, muy bueno.
Había una vez un niño, no sé si era negro, o blanco, o amarillo, pero sé que existió. Y ese niño quería ser mayor; mayor para ser fuerte, para trabajar, para vivir como le diera la gana, para ser feliz. Había una vez un adulto, no sé de donde era, pero también sé que existió. Y ese adulto quería volver a ser niño; niño para jugar, para no preocuparse de los hijos ni de las obligaciones del día a día; para ser feliz. Había una vez un adulto y también un niño, y la crueldad humana les hizo que ambos confundieran el papel de cada uno. El adulto se volvió irresponsable, despreocupado y al niño se le obligó a ser mayor, se lo creyó y, por culpa del adulto irresponsable, nunca jugó como niño, nunca volvió a reir como un niño. Ninguno fue feliz.
Moraleja: los niños son niños y los adultos, adultos, no nos confundamos.
No maltratemos la infancia, no borremos su sonrisa. Aún queda mucho por hacer.
Un beso.
Hola Pepi!!
La única foto que no es verdadera es la de las niñas vestidas de princesa. El de la pelicula "Little Miss Sunshine", pero con ella quería denunciar la forma en que hacemos que nuestros hijos o hijas queremos hacerlos pasar por mayores, sin recordar que son sólo niños. Y sobre todo la exploción sexual, desde el principio, de la mujer.
Un beso.
Hola Edurne!!
Muy certero tu comentario. Niños y adultos, cada uno en su lugar, pero protegiendo a los niños.
Un beso ;-9
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