El mismo día que llegamos a Roma tuvimos que ir a verla. La mágica fuente que hemos visto en La dolce vita es una aparición en medio de una noche, buscada a través de estrechas calles apenas iluminadas. Muy mal señalizada, vas preguntando por ella y al final escuchas un rumor de agua, como una leve cascada ... y en una plaza pequeñísima el milagro: la belleza de la fuente que es necesario visitar si quieres volver a Roma.
Muy cerca de allí me encontré otra sorpresa: esta gatita tricolor que me susurró: "Benvenuti a Roma, cara amica dei gatti"
2 comentarios:
Me encanta como nos cuentas tu viaje :)
Gracias, Ana!!
Me faltan tres o cuatro cositas más de Roma y un precioso gato que vi en el Coliseo. Poco a poco os las iré mostrando.
¡¡Qué bonita es Italia!!
Besos ;-)
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