Recuerdo aquella gabardina
Que me ponía cuando iba a verte.
El olor a mantequilla de tus dedos.
El gato blanco, tan suave,
Que no era de nadie.
Recuerdo
El sonido del viento en las tejas sueltas,
El frío de nuestras tardes,
Y aunque sé que todo es irreversible,
Cuando la lluvia me hace daño en la cara
Saco un billete en el tren del pasado
Para acariciar al gato
Una vez más.
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