y aquí estamos, tú y yo
ante el ocaso.
Y aunque este parece igual al de ayer
algo muy pequeño,
muy leve,
apenas nada,
pero algo ...
ha sucedido hoy
que nos hará distintos
a partir de ahora.
Se muere nuestro momento
y nos sentimos al borde del sueño:
qué cerca estamos de tocarlo
pero no llegamos a él.
Tú. Yo.
Dos desconocidos en la noche,
justo en la frontera entre el hoy
y el mañana.
4 comentarios:
Últimamente estás haciendo unas entradas tan hermosas, que una no sabe si comentar o guardar silencio.
Me gusta leer poemas tuyos, y sobre todo me gustan las fotos tan fabulosas con las que las acompañas.
Hermoso, Toñi, hermoso.
Un sentimiento que desborda el poema, y ese instante de quiebre que duele...
Tanto como a Paula, me encantan tus poemas.
Un beso.
Gracias, Paula. Estos son los atardeceres que disfruto desde mi casa en los días cálidos.
Pequeños dolores que se van cicatrizando, aunque cuando se recuerdan vuelven a doler.
Lo bueno de la poesía es su poder terapeútico ... menos mal. Estoy inspirada últimamente.
Gracias. Un beso
Gracias, Juan Carlos. Lo has captado, me alegro de que te llegue.
Un beso y gracias por ser siempre tan atento.
Publicar un comentario